El pasado fin de semana se llevó a cabo la final del abierto de tenis femenino en Estados Unidos y lo que sucedió en este evento me ha hecho reflexionar en muchas de las cosas que hoy suceden, no solo en nuestro país.
La campeona del tenis Serena Williams perdió el control cuando se dio cuenta de que iba a perder el torneo. Esto no lo digo yo, sino varios expertos en este deporte, al mismo tiempo que coinciden importantes grupos feministas que no estuvieron de acuerdo con la tenista por haber usado la bandera del feminismo como excusa a su frustración. Incluso algunos dicen que su intención era sabotear el juego de su contrincante para poder ganar.
No tengo la experiencia necesaria en este deporte y sus reglamentos, pero lo que sí puedo decir es que con mayor frecuencia estamos siendo testigos de este tipo de situaciones, en donde algunas personas se adueñan de ciertos estandartes, y luchas ajenas para usarlas en su propio beneficio, aun cuando su propia historia no tiene nada que ver con la causa. Por ejemplo, el reciente y desafortunado caso de la violencia en la UNAM, los discursos y propuestas de algunos de los miembros de los nuevos partidos políticos y sus convergencias o algunas voces en los medios de comunicación que promueven lo que no comulgan.
En muchos casos esta apropiación, por más injusta e ilegal que parezca, crece y se expande como una realidad a una velocidad vertiginosa entre la población, sobre todo, cuando los nuevos medios tecnológicos son involucrados.
Millones de mujeres que luchan por la igualdad de sus derechos pueden hoy estar del lado de Serena Williams, sin saber que ella solo buscaba poder ganar este torneo, si este fuera el caso.
Toda lucha exige responsabilidad y su causa no debe de nombrarse en vano. Observemos, escuchemos, usemos nuestro criterio y no caigamos en la trampa.
Mariano Osorio
#Piensa Positivo