Cuando leo que una nueva oficina de gobierno ha sido cerrada u otro proyecto cancelado, no puedo dejar de pensar en todas las personas que injustamente se han quedado sin trabajo. Y aclaro: No es que me oponga a terminar con la corrupción, y mucho menos a detener el robo indiscriminado que algunos servidores hacen al erario público. Lo que me parece injusto - como ya lo mencioné en otra ocasión-, es que no se haga una revisión de lo que funciona y lo que no, así como de quiénes sí desempeñan honestamente su trabajo y los que no. Independientemente del impacto que estas decisiones tendrán en aquellas personas que dependían de los servicios de estas oficinas o proyectos.
Algunos expertos han determinado que el costo emocional por la pérdida de trabajo es muchas veces comparable a la de un divorcio y muchas veces peor. Perder un trabajo puede causar una afectación no solo económica sino puede deteriorar el bienestar emocional, y la autoestima de las personas.
La pérdida de trabajo va más allá de la pérdida de un ingreso seguro. Se trata de la pérdida de seguridad en uno mismo, el miedo a que esta experiencia se repita en el próximo trabajo, la forma en que los conocidos y familiares te perciben y te juzgan.
Si este es tu caso, te sugiero te esfuerces por enfocar tu mente solo en pensamientos positivos. Por ejemplo, que esto es una mala experiencia que puede convertirse en una bendición. Que la vida puede sorprenderte, llevándote por una nueva dirección en donde encontrarás un nuevo empleo que te hará sentir mucho más feliz y más apreciada. No te pido que minimices o niegues el significado de este suceso, sino que no te estaciones en el pesar.
Recuerda que si te estancas en el enojo, el resentimiento, el miedo o la negatividad a nadie más que a ti afectarán.
Mariano Osorio
#Piensa Positivo
Gracias, Mariano. En estos momentos está es mi situación.