En mitad del bosque vivía una familia de osos: papá oso, mamá osa y el pequeño osito. Un día mamá osa había preparado una riquísima sopa, pero como estaba muy caliente, la familia decidió dar un paseo mientras se enfriaba. Estando los osos ausentes pasó por allí una niña de pelo rubio y rizado a la que todos llamaban Ricitos de oro. Ricitos era muy curiosa, y como la puerta estaba abierta, entró a la casa de los osos.
Al entrar, Ricitos fue probando todas las sopas hasta comerse entero el plato pequeño. Después se sentó en la silla grande, pero no le gustó; se sentó en la mediana, pero tampoco le gustó; cuando se sentó en la pequeña, le encantó y empezó a balancearse con tal fuerza que la rompió. Entonces decidió subir al dormitorio para descansar en una cama. Después de probar todas, se quedó dormida en la pequeña.
Poco después volvieron los osos y se enfurecieron al ver que alguien se había comido la sopa del osito y había roto su silla. Subieron al dormitorio y vieron a Ricitos de oro durmiendo, pero les pareció una niña tan bonita que se quedaron mirando sin hacer nada a pesar de su enfado. Sin embargo, cuando Ricitos se despertó, le dio tanto miedo estar rodeada de osos que salió corriendo despavorida hasta llegar a su casa.
#PiensaPositivo
Es muy bueno