Gepeto, el carpintero del pueblo, creó un muñeco de madera. Cuando lo terminó, el hada azul tocó con su varita y le dio vida. Después le hizo prometer a Pepito Grillo que cuidaría de él.
A la mañana siguiente, Gepeto se llevó una gran sorpresa. Estaba muy feliz, así que le dio un libro a Pinocho y le envió a la escuela. Pero por el camino se topó con unos malvados pillos que lo vendieron a un titiritero. Pinocho lloraba porque quería regresar a casa y el titiritero lo dejó marchar dándole unas monedas de oro.
Pepito Grillo y Pinocho se pusieron de nuevo en camino hacia su casa hasta que se volvió a distraer visitando un parque de juegos. Allí, todos los niños se iban transformando en burros porque no querían estudiar, incluido Pinocho, que desoía los buenos consejos de Pepito grillo.
De vuelta al colegio, los niños se reían de Pinocho por sus orejas y su cola de burro. Entonces, llamó al hada azul para que viniese a ayudarle, pero a cada pregunta que le hacía, Pinocho mentía y le crecía más y más la nariz. Cuando cambió su actitud, el hada le premió convirtiéndole en un niño de carne y hueso. Gepeto y Pinocho bailaron de felicidad. Pepito Grillo, viendo que no lo necesitaban, siguió feliz su camino.
#PiensaPositivo
Es tan bonito antes de dormir a los nietos contar cuentos que tu nos compartes