Por aquellos tiempos, hace muchísimos años, los poderosos vikingos navegaban por los mares del norte de Europa y se apoderaban de las más hermosas tierras.
Los vikingos estaban muy orgullosos de ser tan fuertes y tan poderosos guerreros, tanto como su jefe, Erico, y no les importaban las guerras que hacían. Sólo uno, el más fuerte por su aspecto, llamado Leif, a veces, se apartaba de la pelea para ir a admirar cualquier humilde flor.
Leif es cobarde; es la vergüenza de nuestra raza –se lamentaba el jefe Erico.
Los parientes de Leif también se avergonzaban de él. Mientras los otros vikingos regresaban de sus expediciones cargados de riquezas, él llegaba cargado de hierbajos, semillas y flores raras.
Todos se enriquecen menos nosotros – se quejaban sus parientes--. ¡Y si al menos no nos cansara con los destemplados sonidos de sus flautas …!
Y, a su vez, Leif se lamentaba:
Si estas tierras no estuviesen casi siempre cubiertas de nieve, si consiguiera cultivar jardines verdes, y si mis hermanos amaran la música, no serían tan feroces y desearían la guerra.
Mas nadie le comprendía y pronto todos le despreciaron.
#PiensaPositivo
Que hermoso poder el de la lectura ..
.la felicidad de trasladarse a otros lugares con la imaginación.Es una historia magnífica. 😍en una maravillosa voz.