Melegari
Esta historia le ocurrió a Vasco, un perro pastor de la ciudad italiana de Bérgamo.
Fue el primero de todos los perros de su raza en tener el pelo largo; el de la cabeza le tapaba los ojos y el de las patas le llegaba hasta debajo de las pezuñas.
Nadie sabía cómo conseguía ver las ovejas que se alejaban del rebaño y cómo podría correr tras ellas sin tropezar.
Cierto día, las ovejas paseaban en la hierba y Vasco correteaba a su alrededor pendiente de que no acechase ningún peligro al rebaño. Entonces se acercó a la avena silvestre:
-¡No me toques o te arrepentirás!
-Gritó la hierba, enderezando sus espigas vellosas.
-No temas -le dijo Vasco-. Sólo como hierba cuando me duele mucho la tripa.
Y diciendo esto, se puso a husmear la avena y la cubrió con una catarata de pelos.
Cuando empezó a cotorrear de nuevo, Vasco tenía el hocico lleno de espiguillas, y estalló entonces una verdadera guerra entre pelos, que aún no ha terminado.
Por eso, el perro pastor tiene que ir de vez en cuando el veterinario para que le quite de las orejas las pequeñas espigas de avena.
#PiensaPositivo
Me
Gustan sus cuentos
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