Un día, el gato metió una pata en un cubo de agua y después en un saco de trigo. Cuando la sacó, estaba llena de granos.
Se acostó entre la hierba con la pata levantada hacia el cielo, de modo que parecía una espiga. Los gorriones acudían a picotearla y...acababan en la boca del gato.
Solo un gorrión pareció darse cuenta del engaño. A partir de aquel momento, pensó que cualquier espiga podría ser la pata de un gato. Como consecuencia, no volvió a abandonar el nido... ¡Y murió de hambre!
Este era pues, un gorrión demasiado prudente.
¡Sera posible! pero si es buena la prudencia y si todos los excesos son malos aunque a veces no se pueda ejercer por ciertos motivos o circunstancias.