Había una vez un hombre que calumnió a un amigo suyo; el motivo fue la envidia que le tuvo al ver el éxito que aquél había alcanzado en su vida.
Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo y visitó entonces a un hombre muy sabio a quien le dijo:
“Quiero arreglar todo el mal que le hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?”.
A lo que el hombre respondió:
“Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suéltalas una a una por donde vayas”.
El hombre, muy contento por aquel pedido tan fácil, tomó el saco lleno de plumas y partió.
Al cabo de un día ya las había soltado a todas; por lo que volvió a visitar al sabio y le dijo:
“Ya he terminado”.
El sabio contestó:
“Esa es la parte más fácil. Ahora debes volver a llenar la bolsa con las mismas plumas que soltaste… Sal a la calle y búscalas”.
El hombre se sintió muy triste pues sabía que eso era imposible y entonces el sabio añadió
“Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Sé humilde y reconoce el daño pidiendo perdón a tu amigo y jamás vuelvas a actuar de la misma forma.
#PiensaPositivo
Este correo me llegó hace casi un año, En junio de 2019 y hasta ahora lo estoy abriendo, no lo abrí porque siempre tengo mucho trabajo. Soy profesora e imparto clases en una escuela, pero al llegar a casa sigo pegada a la computadora. Casi siempre estoy preparando libros o material didáctico para mis alumnos y no tengo tiempo para leer otras cosas, fuera de las de mi trabajo. Ahora mismo estoy preparando un capítulo de un libro que tengo que entregar en breve. Pero abrí mi correo y me encontré este mensaje de Mariano Osorio, lo abrí y lo empecé a leer. Me gustó y me preguntó ¿Cómo es posible que en una lectura tan breve se pueda encerrar una buena parte de sabiduría. Gracias por esta lectura y gracias por ayudarme a reflexionar en cosas inadecuadas que alguna vez he cometido. Tengan salud.