La vida citadina tiene más consecuencias que el tráfico, así como un impacto significativo en tu forma de pensar, de acuerdo con un nuevo estudio de la Universidad de Michigan.
Los investigadores descubrieron que la densidad puede hacer que las personas sean más pacientes en el gran esquema de las cosas – adoptando lo que se conoce como una estrategia de ‘historia de vida lenta’ que se enfoca en el futuro en vez de en el momento presente.
La idea de la estrategia de historia de vida es que cuando los animales (incluyéndonos) pueden esperar vivir más, tienden a madurar sexualmente después, tener menos hijos e invertir más en esa descendencia. El primero es un indicativo de una estrategia de historia de vida lenta, mientras que el ultimo es una estrategia de historia de vida rápida.
El nuevo estudio se preguntó cómo un área de alta densidad puede afectar las estrategias de historia de vida. Para contestarlo compararon la densidad poblacional de varios países y estados de E.U.A. con los datos de variables asociadas con dichas estrategias, como tasas de nacimiento, comportamiento sexual, edad a las personas tenían su primer hijo/a, que tanto gastan en la educación de sus hijos y otros indicadores.
Descubrieron que los residentes de los países y estados más densos se casaban después, tenían menos hijos, tenían menores tasas de natalidad en la adolescencia y tenían tasas más altas de matriculación preescolar y de inversión de jubilación (indicadores de inversión de los padres y una mentalidad orientada al futuro, respectivamente).
Los investigadores descubrieron que a través de los seis experimentos que realizaron, las personas exhibían signos de estrategias de historia de vida más lentas cuando se enfrentaban con una mayor densidad de población. Ellos hipotetizan que esto podría ser el caso porque en una ciudad densa, la gente tiene que competir más por los recursos e invertir en educación y, pasar menos tiempo criando niños puede derivar en ser un miembro más competitivo de la sociedad.
Sabemos que vivir en áreas urbanas puede afectar nuestra mente y cuerpo en otras formas también. Estar rodeado de espacios verde más grandes ha sido asociado con menores niveles de agresividad, mientras que vivir en grandes metrópolis muy pobladas influye en como el cerebro procesa el estrés.
Debido a que varios estudios en psicología urbana han mostrado que vivir en la ciudad está asociado con un mayor riesgo de enfermedades mentales, este estudio nos muestra un inusual beneficio para los amantes de las ciudades.
#PiensaPositivo
Fuente: Journal of Personality and Social Psychology.