Regalar tiempo o dinero, sabiduría o afecto no solo beneficia a quien lo recibe. También favorece a quien lo da, porque ser desprendidos hace que nos sintamos más alegres, mejores personas e incluso más sanos.
Cuando se habla de generosidad, se piensa inmediatamente en dinero que se regala a otros o se dona a causas sociales diversas. De acuerdo con las encuestas anuales de Gallup, alrededor del 29% de la población mundial practica ese tipo de altruismo.
Este es el porcentaje de respuestas afirmativas a la pregunta de si se ha donado dinero para alguna causa social. Y se ha mantenido estable durante los últimos 10 años. Aunque varía mucho dependiendo de los países. Existen cifras tan altas como las de Myanmar (90%) y tan bajas como las de Georgia (4%). España se acerca al promedio con un 28%. Un dato interesante es que entre los países con alta proporción de donaciones figuran algunos de los más pobres del mundo, como Haití (44%) y Laos (63%), lo cual sugiere que esta práctica no está determinada únicamente por la capacidad económica.
Existen diversas formas de ser dadivosos. Una de ellas es el voluntariado, entregar parte de nuestro tiempo a causas de interés social. Las mismas encuestas mencionadas anteriormente señalan que el 20% de la población mundial hace algún tipo de voluntariado. En España ese porcentaje se acerca al 16%, como promedio de los últimos 10 años. Los números reflejan por tanto que la gente es más desprendida con su dinero que con su tiempo.
Pero las formas de demostrar generosidad son muy variadas. También existe una de tipo relacional y emocional que incluye la hospitalidad hacia los otros, la disponibilidad para ejercer de tutores, la capacidad de reconocer los logros y méritos de los demás o la de abrirse afectivamente para compartir penas y sufrimientos. Hay miles de formas de ser generosos sin tener que relacionarlo con nuestra disponibilidad económica.
Tendemos a identificar ser dadivosos con un acto de desprendimiento que significa un costo de algún tipo, normalmente de tiempo o de dinero; pero estudios de diversa índole demuestran que ser espléndidos también reporta grandes beneficios a quien lo practica.
Una de estas investigaciones se recoge en un libro de reciente publicación, La paradoja de la generosidad, escrito por los sociólogos estadounidenses Christian Smith y Hilary Davidson. En él, documentan los amplios análisis que realizaron sobre una muestra de 2.000 habitantes en su país, centrándose en los efectos de quien practica la generosidad y no de quien la recibe.
Una de las conclusiones es que los norteamericanos que son más hospitalarios y desprendidos afectivamente tienden a ser más saludables, a tener una mayor sensación de crecimiento personal, a ser más alegres y felices. De la misma manera, estudios de neurociencia que examinan el comportamiento de nuestros cerebros cuando damos y cuando recibimos sugieren que la alegría de dar es mayor que la de recibir.
Al ser más espléndidos, no solo se contribuye a construir un mundo mejor, sino que además ésta acción impactará positivamente en nuestro propio bienestar. Por ello, tiene todo el sentido asumir el propósito de convertirnos en personas más generosas.
#PiensaPositvo
Nota: Una encuesta Gallup es un sondeo de opinión frecuentemente usado en los medios de comunicación de masas para representar a la opinión pública. La encuesta lleva el nombre de su inventor, el matemático estadístico George Gallup.
Fuente: El País Semanal
Mi querido Mariano yo necesito que me ayudes a encontrar un lugar para donar los juguetes de mi hija . Es un deseo que tiene y yo no sé por donde buscar , aprovechando la epoca navideña que está segura dará una gran alegria a otros niños como a ella le dieron y los disfruto y ahora es momento de que alguien más lo haga.