La sabiduría popular sostiene que si una persona es amable, divertida o graciosa eso se debe a que la vida le ha forjado ese carácter mediante la carencia de otras virtudes que sirvan como atractivo a su persona, por ejemplo, la belleza física.
Sin embargo, a pesar de que las películas suelen insistir en este aspecto y mostrarnos casi siempre a los más lindos también como los más intratables, egoístas y malvados, un estudio científico reciente, llevado a cabo por la Universidad de Huazhong en China, sostiene lo contrario y tiene pruebas al respecto.
El estudio determinó que los aspectos positivos de la personalidad pueden corresponderse con una mayor percepción del atractivo de una persona.
Para arrojar luz sobre el asunto, los investigadores contaron con 120 participantes hombres y mujeres, divididos al azar en tres grupos, y le pidieron a cada uno de los participantes que evaluaran el atractivo de 60 mujeres, que les mostraban en fotografías con una expresión neutra en su rostro (ni alegre ni triste, etcétera).
Dos semanas después, los participantes volvieron a evaluar qué tan atractivas eran las chicas de las fotografías, pero ahora todas las fotos tenían una descripción de la personalidad de la persona.
A uno de los grupos de participantes se les asignó fotos con descripciones positivas de las mujeres, como amabilidad y honestidad; a un segundo grupo se le presentaron las mismas fotos, pero con descripciones negativas de personalidad, tales como deshonestidad o mezquindad; el tercer grupo, mientras tanto, evaluó nuevamente las fotografías sin ninguna clase de descripción.
Si bien la primera vez que los participantes evaluaron las fotografías habían llegado a resultados similares, esta segunda ronda, con las descripciones de personalidad, cambió su percepción sobre el atractivo de las chicas en la foto. El grupo que evaluó las fotos con descripciones positivas de la personalidad incrementó el grado de atractivo y el grupo con las descripciones negativas disminuyó su percepción sobre qué tan atractivas eran.
En el informe publicado por los investigadores en un número de la revista Personality and Individual Differences, escribieron: “Descubrimos que lo que es bueno es bello, con la personalidad reflejándose en los rasgos buscados como atractivos en una persona. Este fenómeno puede ser llamado el 'Efecto halo', y se puede asumir que los aspectos de la personalidad contribuyen a juzgar el atractivo de una persona y que lo que uno busca en la personalidad está reflejado en sus preferencias físicas”.
Scott Barry Kauffman, profesor de psicología de la Universidad de Pennsylvania, no estuvo involucrado con este estudio, pero consultado por The Huffington Post, abordó la cuestión desde el punto de vista evolutivo:
“Desde la perspectiva de la evolución, hay muchas formas de demostrar el valor y el atractivo que uno posee como potencial pareja, y estas se extienden sin dudas a la conducta y la psicología del individuo.
Poder evaluar de manera certera el carácter de una persona, puede ser mucho más importante para la supervivencia y la reproducción que poder evaluar el simple atractivo físico. Después de todo, un psicópata atractivo físicamente es más propenso a impedir la propagación de genes saludables que una persona que es atractiva por su personalidad”
El estudio no es conclusivo para poder equiparar la bondad con el atractivo, ya que parte de una muestra relativamente pequeña, y se evaluaron únicamente mujeres chinas de entre 20 y 30 años (no se explica por qué no se evaluaron también fotografías de hombres). Sin embargo, es un indicio que puede seguir explorándose y que apunta a que la percepción del atractivo de una persona se puede ver afectada por aspectos cognitivos y de personalidad.
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Fuente: Vix