Existen razones científicas que explican por qué no debemos sobreproteger a nuestros hijos, incluso cuando se trata del contacto con gérmenes.
Diversos pediatras coinciden en alentar a los padres para que permitan que sus hijos jueguen en el exterior y tengan contacto con la naturaleza, aunque eso signifique que deban ensuciarse un poco.
Al jugar con elementos como tierra, lodo, plantas, etc., los niños podrán tener interacción con todo lo que los rodea y tendrán menos contacto con los dispositivos tecnológicos, que podrían ser dañinos para el desarrollo de los pequeños.
Expertos explican que tener contacto con los microorganismos presentes en la tierra no representa un riesgo para los niños. Por el contrario, son necesarios para el desarrollo del sistema inmune. De esta manera, podrán evitarse padecimientos en un futuro como enfermedades y alergias.
Pero eso no es todo. Las actividades en el exterior pueden ayudar a incrementar la creatividad, reducir el estrés, la depresión y beneficiar a las funciones cognitivas.
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Fuente: Vix