Las piñatas se originaron en China, esta costumbre llegó a Europa y en Italia fue donde le dieron un sentido religioso.
La piñata tradicional es como una estrella de siete picos que representan a los siete pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.
Pegarle a la piñata con los ojos vendados representa la fe; virtud que nos permite creer sin tener que ver.
A principios del siglo XVI esta tradición era desconocida en América. Sin embargo, en México, los mayas, tenían un juego en el que trataban de romper con los ojos vendados una olla de barro llena de chocolate que se balanceaba detenida de una cuerda.
En la actualidad, la elaboración de piñatas en México consiste en pegar papel periódico alrededor de una olla, luego se cubre con papel china, papel ilustre o crepé y se rellenan de frutas o dulces.
Antes de romper la piñata se acostumbraba que los niños cantaran No quiero oro, ni quiero plata, yo lo que quiero es romper la piñata, sin embargo, esta tradición hoy está casi en desuso, actualmente es más popular que se cante Dale, dale, dale no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino, ya le diste una, ya le diste dos, ya le diste tres y tu tiempo se acabó.
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