El aprendizaje y ejecución de un instrumento musical aumenta notoriamente el coeficiente intelectual de un niño y hace que acelere su desarrollo cerebral, siendo la mejor edad para comenzar los 6 años.
La Universidad de Toronto, en Canadá, estudiaron a niños que comenzaron a estudiar piano y solfeo contra niños de la misma edad sin lecciones de música y los resultados fueron determinantes.
Quienes tomaron las lecciones de música:
Acrecentaron notablemente las habilidades cognitivas para las matemáticas
Su coeficiente intelectual aumentó
Lograron una capacidad mayor de concentración
Aceleraron la actividad cerebral obteniendo placer y bienestar derivada de la música.
Entonces, la conclusión obligada es: reduce el tiempo frente a los dispositivos electrónicos y brinda a tus hijos la oportunidad de aprender y ejecutar un instrumento musical.
Ahora, ¿qué instrumento es mejor? O ¿cuál es el ideal para mi hijo?
El instrumento ideal por definición es el piano, pues brinda todas las bases para aprender o tocar en el futuro otros instrumentos.
Hoy en día es más fácil tener un piano que en el pasado, pues hay una gran variedad de teclados electrónicos de buen precio y de fácil acceso. Si no es el piano, considera el órgano, el acordeón o hasta un sintetizador.
La segunda y también muy buena opción es la guitarra y sus variantes: arpa, banjo, mandolina o el bajo.
La tercera y más común opción es el violín y por supuesto sus variantes.
Estos son los más comunes pero realmente la lista es interminable. Las siguientes son recomendaciones para tomar una decisión, considera los siguientes puntos:
-Hay escuelas que dan lecciones gratis para que los niños pueda escoger y tomar una buena decisión pues la compra de un instrumento puede ser un gasto significativo para la familia.
-Considera un instrumento de segunda mano para comenzar
-Verifica el tamaño del instrumento con relación a la estatura de tu hijo
-Infórmate de gastos de mantenimiento, reparaciones u otros gastos que se generen de su uso.
Ten una buena actitud y contágiala a tu hijo, que no sienta que es un castigo o una imposición de tu parte; considera los gastos de maestros, clases y hasta el ruido que se escuchará en casa mientras las horas de práctica que tu hijo deberá dedicarle y recuerda:
Aprender música es un verdadero regalo para el desarrollo de tu hijo.
#PiensaPositivo
Fuente: Familias.com