Los cerdos producen más sonidos de alta frecuencia (gritos y chillidos) cuando experimentan emociones negativas
Para obtener datos más fiables, se crearon varios escenarios simulados para los cerdos en el laboratorio. Estos escenarios incluían una arena con juguetes y comida y otra similar que carecía de estímulos. Por otra parte, los investigadores colocaban objetos nuevos y desconocidos en la arena para que los cerdos interactuaran con ellos. Durante estos experimentos, se controlaron y registraron los gruñidos, el comportamiento y la frecuencia cardiaca de los cerdos en la medida de lo posible sin alterar su comportamiento.
Los signos típicos de las emociones negativas en los cerdos son la inmovilidad, la vocalización intensa y los comportamientos de huida. Los signos de emociones positivas son la exploración del entorno y la postura adelantada de las orejas. El equipo creó un algoritmo de inteligencia artificial y lo entrenó con estos datos para estimar si un gruñido expresaba una emoción positiva, una negativa, o una neutral.
El estudio confirma que los cerdos producen más sonidos de alta frecuencia (gritos y chillidos) cuando experimentan emociones negativas. Los sonidos de baja frecuencia (ladridos y gruñidos) se producían tanto en situaciones negativas como positivas. El equipo explica que estos estados emocionales mixtos fueron los más interesantes y permitieron una interpretación mucho más matizada de los estados emocionales de los cerdos.
El estudio de las emociones animales permite conocer mejor la salud emocional y mental del ganado. En la actualidad, el bienestar animal se centra casi exclusivamente en la salud física, lo que plantea varios problemas éticos. Los investigadores proponen que se desarrollen sistemas automatizados para vigilar la salud mental de los animales, análogos a los sistemas que vigilan su salud fisiológica.
Fuente: Quo