En muchos países como Argentina, la siesta sigue siendo una tradición muy arraigada, pese a los cambios en los estilos de vida modernos. Más allá de su valor cultural, un estudio publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos reveló que este breve descanso tiene beneficios reales para la salud del cerebro.
Según la investigación, quienes toman siestas con regularidad presentan un cerebro más joven y saludable.
Sin embargo, el descanso recomendado debe ser breve: entre 10 y 15 minutos. Si se prolonga más allá de ese tiempo, podría afectar el sueño nocturno. Dormir bien no depende solo de las horas totales, sino de la calidad del descanso, y una siesta excesiva podría alterar el equilibrio natural del cuerpo.
Victoria Garfield, investigadora principal del estudio, explicó a la BBC que un volumen cerebral menor se ha asociado con niveles más altos de cortisol, la hormona del estrés, y con trastornos como la apnea del sueño. Por eso, subrayó la importancia de preservar el tamaño del cerebro mediante hábitos saludables, como las siestas breves y regulares.
Un aliado contra el deterioro cognitivo
Garfield también destacó que el estudio se centró en personas de mediana edad, ya que es en esta etapa cuando suelen aparecer enfermedades como la diabetes o la hipertensión. Las siestas, indicó, pueden ofrecer beneficios a largo plazo siempre que se conviertan en parte del estilo de vida, y no solo como una solución ocasional al cansancio.
Fuente: BBC