Estudios han demostrado que algunos rasgos de carácter como la ansiedad o la extroversión varían de un lugar a otro. Es por eso que la ciencia se pregunta qué pasa con esas personas que se mudan seguido de un lado a otro. ¿Son capaces de mantener su personalidad intacta? ¿Sufren la repercusión de la mudanza?
Varios estudios se han centrado en cómo las personas abordan las relaciones interpersonales. Por ejemplo, un artículo publicado en la Revista de Investigación de Personalidad, describe las diferencias estatales en las actitudes de las personas sobre las relaciones románticas en Estados Unidos.
Mediante una encuesta en más de 127 mil personas adultas, el personal a cargo de la investigación encontró que la ciudadanía del noreste y medio Atlántico es en promedio más ansiosa en sus relaciones románticas que quienes habitan en la costa oeste.
En el caso de Utah, por ejemplo, el estudio reveló que tiene una de las poblaciones menos ansiosas del país.
Así se sostuvo que los estereotipos sobre los diferentes lugares, se confirman y hay más investigaciones que avalan la teoría del carácter y el cambio de personalidad en cada estado.
Otras investigaciones sobre Estados Unidos han demostrado que las personas del noreste y sureste tienden a ser más neuróticas, mientras que las personas del sudeste, medio oeste y Utah suelen ser más agradables que otros estadounidenses.
La influencia del lugar
Lo que revelan estos estudios no significa que las personas deben mudarse de un estado a otro para ser más o menos agradables.
El psicólogo de la Universidad de Cambridge, Jason Rentfrow, sostiene que el grado de influencia que tiene el lugar en el individuo puede depender de lo que está impulsando la personalidad de ese lugar.El psicólogo sostiene que hay tres factores potenciales que pueden impulsar esas diferencias entre lugares y son los patrones de migración, la ecología y la influencia social.
Los factores que nos influencias
Siguiendo la línea de Rentfrow, el patrón de migración se refiere a cuando un lugar gana cierta repercusión por tener una tradición religiosa particular, o convertirse en un lugar cultural o famoso por algo en especial y eso genera que personas de otros lugares que se sienten identificados con aquello por lo que el lugar se ha hecho conocido, quieran vivir ahí.
El psicólogo sostiene que la migración selectiva de una determinada región significa que su grupo genético puede reflejar algunos rasgos de personalidad más fuertemente que otros. Es decir que a dónde nos mudemos, podemos ser un mejor reflejo de quiénes somos y quiénes seremos.
Otro patrón que puede influenciar en nuestra formación como personas es el patrón ecológico. Mark Schaller, de la Universidad de Columbia Británica, realizó una serie de estudios y encontró que la extroversión tiende a ser menos común en países que tradicionalmente tenían un mayor predominio de enfermedades infecciosas.
Bajo la premisa de que la ecología juega un papel importante en la personalidad, entonces el clima también puede ser capaz de cambiar la personalidad. Así, estudios han demostrado que la primavera puede conducir a estados de ánimo mejorados o a una mejor memoria, mientras que el comportamiento agresivo aumenta con la temperatura.
La presión social
Pero los expertos coinciden que una de las mayores influencias es la presión social. Cuando nos mudamos comenzamos a sentir ese deseo de pertenecer a la comunidad, al lugar en el que estamos, a hacer amigos y socializar.
Eso nos impulsa a estar más vulnerables y absorber prácticas y valores de aquellos a nuestro alrededor. Según Schaller, la susceptibilidad social puede ser una de las fuerzas más importantes en impulsar a una persona recién mudada a cambiar y adecuar ciertos rasgos de su personalidad.
Ocurre que cuando las personas se rodean de personas felices tienden a adoptar ese comportamiento o rasgo de personalidad.
Pero también ocurre que en aquellos casos en los que las personas se sienten minoría (política o religiosa). Al ser minoría y no identificarse con el resto, se sienten aislados y menos capaces de tomar las perspectivas de los demás.
Si bien es necesario que se investigue más sobre el tema, estos primeros estudios nos ponen a pensar acerca de cómo la mudanza y emprender una vida en otra ciudad así como la forma de vida y las conductas que caracterizan a un determinado lugar, pueden generar un impacto en cómo somos y cambiar nuestra perspectiva sobre algunas cosas.
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Fuente: Quo