Las especialistas en la salud humana, Julie Mennella y Nuala K. Bobowski, publicaron un estudio en la revista Physiology & Behavior donde respondían a la incógnita del por qué los niños prefieren los sabores dulces a los amargos.
En el mundo científico se afirma que los infantes gustan de los sabores dulces por su alto contenido energético, el cual es clave para su crecimiento y desarrollo. Sin embargo, la investigación de Mannella y Bobowski aporta nuevos datos sobre una cualidad innata de supervivencia.
De acuerdo con la publicación, el rechazo a los sabores amargos protege a los pequeños de envenenamiento. Los niños cuentan con papilas gustativas más sensibles que los alejan de manera natural de sabores que podrían resultar tóxicos y esta sensibilidad desaparece poco a poco al llegar a la adolescencia. Por otro lado, el gusto por los sabores dulces está relacionado con la leche materna que resulta altamente agradable para los bebés.
Sin embargo, los problemas de alimentación surgen cuando los niños consumen demasiadas golosinas, ya que puede derivar en complicaciones de sobrepeso y diabetes. Ante esta situación, puedes aprovechar el apego de tus hijos por los sabores dulces para entusiasmarlos en la ingesta de frutas.
La diversidad natural que existe en el planeta nos brinda una larga lista de frutas con sabores dulces como el mango, la manzana, el melón, la pera o el plátano. Además, muchas de ellas son refrescantes y contienen altas cantidades de vitaminas, minerales, fibra, calcio, potasio, entre otros nutrientes.
#PiensaPositivo
Fuente: Agencias
No creo que solo a los niños si no a toda la gente con la diferencia es que unos son golosos y otros no. y si es verdad que hace mucho daño a los diabéticos su lema es panza llena corazón contento dicen de algo me voy a morir y prefieren morir pero morir contentos.