La investigadora Olga Klimecki, de la Universidad de Ginebra, señaló que la angustia empática es "el sentimiento de sentirse superado" cuando algo mal le ocurre a otra persona, lo que a su vez nos lleva a protegernos de emociones negativas.
Este tipo de empatía corresponde incluso a una actividad cerebral diferente a la de la empatía común.
También es posible que cualquier situación que despierte emociones negativas lleve a que nos centremos más en nuestros propios problemas.
"Las personas con ansiedad o depresión que experimentan un exceso de emociones negativas tienen una tendencia mayor a enfocarse en sus problemas y a sentirse aisladas", afirmó Qiao-Tasserit.
Un estudio de Klimecki y sus colegas de 2016 constató incluso que la angustia empática aumenta la agresividad.
Klimecki destaca un elemento clave. En su extenso trabajo sobre empatía, la científica ha demostrado que es posible cultivar un comportamiento compasivo.
Podemos entonces ser entrenados en sentimientos compasivos y empáticos, según Klimecki. Nuestras respuestas emocionales hacia otros no son fijas.
Es posible volver a despertar nuestra empatía interior, incluso ante el sufrimiento de otras personas.
Y si nos entrenamos a pensar en forma más positiva, prestaremos más atención a las necesidades de los demás.
"Esto puede contribuir a mejorar la calidad de nuestras relaciones, un factor clave de la felicidad", aseguró Qiao-Tasserit.
Así que tal vez sea una buena idea que regules mejor el tiempo que dedicas a leer novelas distópicas o a ver películas de terror.
Y la próxima vez que estés de mal humor, piensa en el efecto que esto puede tener en las personas que te rodean.
#PiensPositivo
Fuente: BBC Future