Según los científicos de las universidades de Kent y Reading, planificar pequeños cambios cotidianos, como hacer más actividad física o comer más sano, conducen a una vida más feliz. Cuál es el efecto de tomar decisiones de largo plazo
La investigación se suma a una gran cantidad de estudios que muestran que un estilo de vida más saludable conduce a una vida más plena
Tomar decisiones en la vida diaria que brinden beneficios no inmediatos a largo plazo en lugar de aquellas que brinden satisfacción instantánea conduce a una vida más feliz, encuentra un nuevo estudio.
Investigadores de la Universidad de Kent y la Universidad de Reading en el Reino Unido que publicaron sus hallazgos en el Journal of Happiness Studies, analizaron cómo la gratificación retrasada y las elecciones de la vida diaria podrían afectar la felicidad de una persona.
Los especialistas descubrieron que las decisiones que requerían felicidad instantánea dañaban a una persona en general, mientras que tomar decisiones que pueden no ser tan divertidas en el presente, pero que se basan en la salud futura, conducen a una mayor felicidad. Por ejemplo, hacer ejercicio con regularidad o comer una dieta más saludable puede no ser tan satisfactorio al instante como otras opciones, pero es más beneficioso para la felicidad en general.
“Se ha prestado poca atención al impacto de estos cambios en el bienestar individual”, escribió el equipo que recopiló datos desde 2009 e incluyó más de 14.000 residentes del Reino Unido. Y continuó: “En particular, ¿deberían considerarse estos cambios como una renuncia a los placeres actuales que lleva a una reducción del bienestar general o como que nos dan un mayor sentido de propósito y, por lo tanto, nos hacen sentir más satisfechos con nuestra vida?”.
En el estudio se encuestó a los participantes sobre sus elecciones de la vida cotidiana, incluido lo que comían y las actividades en las que participaban.
En el estudio se encuestó a los participantes sobre sus elecciones de la vida cotidiana, incluido lo que comían y las actividades en las que participaban. También se les preguntó sobre su estado mental y qué tan felices se sentían en ese momento. Finalmente, se les dieron preguntas que permitieron a los investigadores comprender cuánto control creían las personas que tenían sobre sus propias vidas.
El equipo descubrió que las personas con ingresos más altos tienen más probabilidades de tomar decisiones más saludables, como comer frutas y verduras y hacer ejercicio con regularidad. “Ha habido un impulso creciente hacia el veganismo y el vegetarianismo y ha habido un cambio hacia el uso de bicicletas, caminar, etc., en gran parte debido a preocupaciones ambientales”, sostuvieron los expertos.
Fuente: infobae.com