Se trata de una sencilla práctica que ayuda a deshinchar y puede colaborar de gran forma con nuestra salud
Los hábitos que tenemos en nuestra vida podemos catalogarlos en positivos y negativos, teniendo en cuenta el grado de beneficio o perjuicio que estos puedan llegar a causar en nuestra salud.
Por lo general, estos pasan por el lado de la alimentación, la actividad física y los vicios que uno pueda llegar a tener.
En esta oportunidad, te contaremos sobre un hábito que investigadores de la Universidad de Harvard recomiendan sumar a nuestras vidas. En este caso también está ligado a la salud y la alimentación, por lo que viene bien conocer los fundamentos y objetivos que persigue esta sencilla práctica.
Un hábito saludable
La actividad física es una de las recomendaciones más difundidas por los especialistas de la salud. El objetivo es evitar tener una vida sedentaria ya que está demostrado que esto perjudica nuestra salud física y mental. Caminar es una de esas prácticas recomendadas y sobre la que abundan las investigaciones.
El Instituto Mayo Clinic afirma que un paseo diario, a paso ligero, puede ayudarnos a llevar una vida más saludable. Sus expertos señalan que combinar esta práctica con una alimentación balanceada ayuda a mantener un peso saludable, prevenir o controlar diversas afecciones, mejorar el estado cardiovascular, fortalecer los huesos y músculos, aumentar los niveles de energía, mejorar el estado de ánimo, la cognición, la memoria y el sueño, además de fortalecer el sistema inmunitario y reducir el estrés y la tensión.
Desde la Universidad de Harvard afirman que las caminatas suaves después de cenar luego de las ocho de la tarde. En este punto da cuenta sobre un cambio de hábito importante para muchos que sería cenar un poco más temprano. La idea, señalan sus investigadores, es poder tener algo de actividad luego de la cena, en vez de acostarnos o sentarnos a ver televisión, colaborando así con nuestra salud.
Este hábito, señalan desde Harvard, podría realizarse en un margen de 10 a 15 minutos diarios. El motivo es que de esta manera ayudamos a que nuestro cuerpo equilibre el incremento natural de glucosa que se produce tras comer. Por otra parte, se trata de un aporte significativo para la salud mental al tomar contacto con la naturaleza y alejados de las pantallas. Además, esta práctica ayudará a mejorar la digestión, controlar el colesterol y conciliar mejor el sueño.
Fuente: El Universal