Nilufar Ahmed, profesora de Ciencias Sociales en la Universidad de Bristol, ha hecho pública una investigación que evidencia que las nuevas generaciones cada vez están menos dispuestas a permitir que la cultura del trabajo excesivo intervenga con su felicidad y su salud física y mental. La científica social ha señalado que este fenómenos se llama "renuncia silenciosa".
La renuncia silenciosa es una respuesta de los jóvenes ante la perspectiva de un mundo con un panorama laboral y económico mucho más complicado que el de sus padres: atravesado por la pandemia y continúas recesiones económica. Estos factores han impulsado a las nuevas generaciones no exactamente a renunciar o a dejar de hacer su trabajo, sino que a defender su derecho a una vida significativa fuera de su empleo.
"Muchos jóvenes en trabajos profesionales que esperaban una progresión relativamente sencilla en la vida se han enfrentado a contratos precarios, incertidumbre laboral e intentos fracasados de comprar una vivienda", señalan Ahmed.
La investigación señala una creciente infelicidad, ansiedad, e incluso fatiga entre los jóvenes asalariados. La fatiga es el peor de los estados causado por el exceso de trabajo, y consiste en sentimientos de agotamiento, cinismo, distanciamiento mental del trabajo y bajo rendimiento. Eso acarrea problemas emocionales, físicos y mentales que al final no sólo afectan al trabajador sino que también a la empresa, por lo que la renuncia silenciosa también le concierne a los jefes de los trabajos.
"Las investigaciones muestran que los empleados más felices son más productivos y comprometidos. Esto incluso puede mitigar el hecho de sentirse distraído o no querer estar presente. Cuando las personas se sienten felices, es más probable que sean más amigables, abiertas y que fomenten amistades en el lugar de trabajo. Muchas personas han asegurado que toman en cuenta esto al estimar cuánto disfrutan su trabajo", escribe Nilufar Ahmed.
" Renunciar tranquilamente podría ser una "gran liberación" y una respuesta a la gran resignación", comenta Ahmed.
La renuncia silenciosa implica poder encontrar un equilibrio entre la vida laboral y la vida personal, junto con todos los proyectos que ello implique. Se trata de un movimiento que privilegia el bienestar de los seres humanos por encima de una productividad que no garantiza beneficios para todos los involucrados en una empresa. A largo plazo, esto resulta en empleados que trabajan mejor haciendo lo necesario y que viven con estabilidad su vida laboral y las relaciones que viven en ella.
Fuente: mns.com