Todos queremos ser populares y evitamos caer mal. La capacidad de convencer a los demás de ti mismo no sólo es importante para el éxito en el trabajo, sino también en tu vida privada. Muchas personas asumen que es más o menos una cuestión de naturaleza si alguien es popular entre otros. Sin embargo, esto no es cierto: que nos gusten o no los demás no depende tanto de lo atractivos o inteligentes que seamos, sino de nuestro comportamiento.
Que caer bien o mal depende de nuestra actitud también está confirmado por un estudio de los EE.UU. realizado en la UCLA. Para ello, 500 participantes calificaron a diferentes personas cuando se les preguntó cuán simpáticas les parecieron las respectivas personas. Los resultados mostraron que los que se consideraban sinceros y empáticos eran los primeros de la lista.
Algunos hábitos, sin embargo, llevan a que uno, sin quererlo, se encuentre con el rechazo de la otra persona y termine por caer mal. A menudo son las pequeñas cosas las que hacen una gran diferencia.
Actitudes que te hacen caer mal a los demás.
- Publicar demasiadas fotos en las redes sociales
La gente que comparte mucho sobre sí misma en las redes sociales, normalmente lo hace porque anhela ser aceptada. A menudo sucede exactamente lo contrario: cuanto más activo es alguien, menos agradable se le percibe. Esto está confirmado por un estudio de la Universidad de Birmingham. Esta investigación llega a la conclusión de que puede tener un efecto negativo en las amistades y relaciones si alguien publica frecuentemente fotos en las redes sociales.
Para ser más precisos, según el estudio, los amigos, colegas de trabajo y conocidos lejanos generalmente no ven con buenos ojos que alguien publique mucho. Por otro lado, la familia y los amigos cercanos tampoco aprecian que alguien comparta muchas fotos que muestran a otros amigos o parientes. Además, tener un selfie como foto de perfil hace caer mal a los demás.
- Coger el teléfono durante una reunión
Un no absoluto es coger el teléfono móvil durante una reunión o una conversación privada con los compañeros de trabajo, y posiblemente incluso enviar un mensaje, ya que es señal de que la persona con la que estás hablando y la conversación no te parecen importantes. Si no puede evitarse, al menos tienes que disculparte brevemente y explicar la situación.
- Ir pescando cumplidos
Aquellos que se menosprecian a sí mismos y así obligan a otros a alabarlos no son precisamente populares, sino que terminan por caer mal. Esto también se da si escondes tus logros detrás de la autoironía, por ejemplo, burlándote de ser un nerd cuando en realidad quieres demostrar que eres inteligente.
Tal comportamiento tiene un efecto aún más negativo que mostrar abiertamente sus propias habilidades. Menospreciar a alguien o ser autodespreciativo hace que parezca que no sólo estás presumiendo, sino que estás engañando a la otra persona.
- Criticar a otras personas
Cualquiera que critique a otros en su círculo de colegas se hará impopular muy rápidamente. No te haces ningún favor hablando mal de los demás. A corto plazo, puede hacerte interesante. A largo plazo, sin embargo, tal comportamiento lleva a que otras personas ya no confíen en ti, aparte de lo que sucede cuando las personas afectadas se enteran de la crítica y se sienten heridas.
Además, la actitud básica negativa que a menudo se asocia con la crítica también lleva a que a otras personas les gustes menos y termines aislado de tus colegas.
- No ser capaz de controlar sus emociones
Algunas personas reaccionan muy duramente cuando son criticadas: pueden tomar represalias verbales, o pueden molestarse, o pueden levantar la voz. Tal comportamiento conduce al rechazo, a la desconfianza y a caer mal. ¿Cómo puede saber tu jefe que no perderás los estribos durante una reunión con un cliente? También puede ser reacio a confiarte un proyecto importante si no sabe cómo reaccionarás cuando las cosas se pongan más estresantes.
- No mostrar interés en otras personas
¿Las últimas vacaciones de tu compañero? A ti te dan igual. Los problemas privados de los que alguien te habla parecen triviales... ¿y tú lo demuestras? No olvides que todo el mundo anhela atención. Cuanto más abierto de mente seas con los demás, más posibilidades tendrás de gustar a los demás.
A veces ni siquiera es cuestión de desinterés: algunas personas se ponen nerviosas cuando hablas con otras. Como resultado, sólo escuchan a medias porque están tratando desesperadamente de averiguar qué decir a continuación. En este caso ayuda hacer algunas preguntas durante la conversación para mostrar interés y aprecio.
- Ser obstinado y excluir a los demás
Claro, estás concentrado cuando trabajas. Prefieres apagar todo lo que te rodea, y los colegas que quieren charlar brevemente te molestan. Pero eso no parece muy agradable. Por supuesto que se te permite retirarte a trabajar. Pero asegúrate de crear un equilibrio: tómate un tiempo para charlar junto a la máquina de café o ve al comedor con tus compañeros. Aprovecha estas oportunidades para mostrar tu interés en otras personas.
- Revelar una cantidad de información inapropiada o revelar muy poco de ti mismo
Un paseo por la cuerda floja: ¿cuánto debes revelar sobre ti mismo en las conversaciones? Un poco, pero tampoco demasiado. Si difundes todos tus problemas inmediatamente cuando conoces a una nueva persona, asustas a otras personas. El otro interlocutor tiene la sensación de que no se trata en absoluto de contacto interpersonal, sino que necesitas una pantalla de proyección para tus problemas.
Por el contrario, tampoco es bueno revelar muy poco sobre uno mismo, como también lo demuestra un estudio: los que no se abren en absoluto en las conversaciones se consideran cerrados y distantes. Entonces, ¿cuánto se debe contar? Lo mejor es orientarte por la persona con la que se está hablando: ambos debéis hablar la misma cantidad. Debes tener cuidado con los temas picantes al principio - en una buena amistad tienen su lugar, por supuesto.
Fuente: GQ