Parece ser que cuando la enfermedad afecta al cerebro, ciertas células inmunitarias pueden destruir las conexiones existentes entre neuronas.
Hace unos meses un estudio publicado en The Lancet Psychiatry alertaba de que la COVID-19 podía dejar secuelas neurológicas y psiquiátricas, incluso dos años después de habernos contagiado de la enfermedad. Uno de los problemas que citaba el estudio era el del déficit cognitivo o niebla mental.
¿Y qué es la niebla mental que se puede arrastrar tras haber superado la enfermedad? Se trata de una secuela que puede dejar la COVID que hace que tengas pérdidas de memoria, dificultad para prestar atención o para encontrar las palabras. Tal y como su nombre indica es como si se tuviera niebla en la mente.
hora, un grupo de científicos cree saber por qué se produce la niebla mental en algunas personas que sufren COVID persistente. Podría tener que ver con la eliminación de las conexiones dentro del cerebro. Su estudio se ha publicado en Molecular Psychiatry.
La COVID persistente es una misteriosa condición por la cual personas que se contagiaron de la enfermedad siguen teniendo síntomas incluso muchos meses después de superarla. Los síntomas varían, pero el de la niebla mental es bastante común.
Estudiar la niebla mental es bien complicado ya que no se le puede abrir a nadie el cerebro y echar un ojo en su interior. Lo máximo que se puede hacer es emplear cadáveres y observar en retrospectiva o usar diminutos organoides cerebrales para simular lo que ocurre en una escala cerebral mayor. Un organoide es una versión en miniatura y simplificada de un órgano producido in vitro en tres dimensiones. Justamente esto último ha sido lo que ha hecho un grupo de científicos del prestigioso Instituto Karolinska.
Los investigadores cogieron organoides cerebrales y los infectaron con el SARS-CoV-2, el virus que produce la COVID-19. Y observaron lo que sucedía a continuación.
Lo que vieron los investigadores fue que de manera inmediata las partículas del virus mataban a las células neuronales, algo que ya se había visto antes. Sin embargo, lo que llamó la atención de los científicos fue que se perdían las conexiones existentes entre las neuronas y no era el virus el responsable directo. Resultó que las células inmunitarias llamadas microglía, que se encargan de limpiar las sinapsis (los espacios entre las neuronas por los que pasan las señales) como parte de la limpieza diaria del cerebro, las estaban limpiando a un ritmo mucho mayor del habitual.
La pérdida de sinapsis, que proporcionan una comunicación crucial entre las células cerebrales, podría explicar por qué las personas tienen problemas cognitivos cuando sufren COVID persistente. El perfil de estas microglías errantes es muy similar al de otras enfermedades neurodegenerativas como el párkinson y el alzhéimer.
Los genes que se activan o desactivan durante la infección por COVID-19 imitan los cambios observados en estas enfermedades, contribuyendo a un resultado similar de pérdida de sinapsis, y esto podría explicar por qué la infección por COVID-19 puede aumentar los riesgos de las enfermedades neurológicas.
A raíz de los hallazgos, los investigadores están ahora buscando fármacos que impidan que suceda lo que han visto en sus modelos. Ya tienen un candidato a antibiótico que ha demostrado reducir la pérdida de sinapsis a través de la microglía, y el siguiente paso será utilizarlo en sus organoides durante la infección por COVID-19 para ver si ayuda.
Fuente: Muy Interesante