Las vacunas, las medidas de salud pública, como las mascarillas faciales y el distanciamiento social, y una motivación global "sin precedentes" podrían hacerlo posible, según investigadores de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda). Cada uno de estos factores se puntuó en un sistema de tres puntos con el objetivo de "la reducción permanente a cero de la incidencia mundial de infección causada por un agente específico como resultado de esfuerzos deliberados". Esto es algo que solo hemos logrado para la viruela y para dos de las tres versiones del poliovirus.
Los científicos valoraron factores que incluyen la controversia acerca de la vacuna (antivacunas) y las mutaciones que podrían hacer que el virus sea más infeccioso o resistente a los pinchazos. COVID tuvo una puntuación media de 1,6, mientras que la viruela recibió 2,7 y la poliomielitis se calculó en 1,5. Esto quiere decir que erradicarlo, es posible. Los expertos dijeron que sus hallazgos muestran que deberíamos seguir trabajando para determinar si el mundo apunta acertadamente a erradicar el virus.
"Si bien nuestro análisis es un esfuerzo preliminar, con varios componentes subjetivos, parece poner la erradicación de COVID-19 en el ámbito de ser posible, especialmente en términos de viabilidad técnica", explican los expertos.
Progreso
Los datos revelaron que el 30% del planeta ha recibido una dosis de una vacuna y el 15,5% está completamente inmunizado, según Our World in Data. Pero solo el 1,1% de las personas en los países de bajos ingresos ha recibido una dosis única.
Aunque a escala mundial el SARS-CoV-2 está buscando quedarse a toda costa, a pequeña escala, algunos lugares han logrado eliminar el virus, incluso sin vacunación. Naciones como China, o más pequeñas como Islandia y Nueva Zelanda lograron eliminar temporalmente el virus antes de que se lanzaran las vacunas, mediante el control de fronteras, el uso de mascarillas el distanciamiento físico, las pruebas y el rastreo de contactos.
De todas formas, si bien los números dicen que es posible, no es del todo seguro que suceda sin voluntad política, inversiones económicas y una comprensión social de por qué es importante proteger a otras personas. No sería una tarea fácil, pero salvaría cientos de miles de vidas y evitaría que millones desarrollen un COVID prolongado.
Por otro lado, algunos científicos creen que el virus eventualmente se transformará en algo parecido al resfriado común, ya que la inmunidad se acumula con el tiempo, eliminando la necesidad de medidas de salud pública más estrictas.
Fuente: Muy Interesante