El ámbito laboral está marcado por una gran brecha salarial de género, en algunas partes del mundo ya existen regulaciones para controlarlo.
Desde hace cientos de años, el género ha moldeado las costumbres, oportunidades y obligaciones de las personas en el ámbito laboral, educativo y familiar.
LA MUJER Y LA EQUIDAD
El género femenino fue llamado el sexo débil durante décadas, pero ciertos acontecimientos en la historia le permitieron luchar por la equidad. En los años cincuenta en México, la mujer obtuvo el derecho a votar y ser votada. Otro hecho que marcó su desarrollo fue la píldora anticonceptiva: en los años sesenta la Food and Drug Administration permitió su venta, lo que les dio la oportunidad de tomar control sobre el embarazo y empezar a trabajar y/o estudiar.
En algunas partes del mundo, la preparación académica del sexo femenino comenzó a darle mayores oportunidades de igualdad desafortunadamente esto no sucede en todos los países.
Se creería que en pleno siglo XXI los hombres y mujeres tienen las mismas oportunidades y prestaciones, pero el ámbito laboral está marcado por una gran brecha salarial de género que pone en duda el avance de la civilización.
MÉXICO Y LA EQUIDAD LABORAL
La discriminación de género es muy notoria en este ámbito, los hombres ganan alrededor de 30% más que las mujeres. Aunque la brecha salarial es distinta en cada estado Nuevo León tiene una diferencia del 39%, Sonora del 38% y la Ciudad de México de 23%. Las mujeres mexicanas, como muchas otras alrededor del mundo, reciben una remuneración menor por el hecho de pertenecer al sexo femenino.
ESCENARIOS MÁS JUSTOS
En Islandia está prohibido pagarle más a un hombre que realiza el mismo trabajo que otra mujer. A partir de 2018 se convirtió en el primer país en el mundo que pide a todas las empresas con más de 25 empleados comprueben que le pagan a hombres y mujeres por igual.
Las empresas deben someterse a certificaciones cada tres años para garantizar que se está cumpliendo esta nueva legislación, de lo contrario serán multados.
La discriminación salarial ha obligado a muchas mujeres a superarse en el ámbito educativo y sobresalir para contrarrestar la diferenciación que se les aplica. Afortunadamente hay países, como Islandia, que luchan por una mayor equidad de género. El cambio se encuentra en la cultura y el machismo es una práctica que debe desaparecer para lograr una sociedad más equitativa.
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Fuente: Muy Interesante