Se dice que los mexicanos tienen un sentido del humor peculiar. Bromean con la tragedia y la muerte, pero no aceptan chistes del extranjero
La burla a la muerte, los chistes sobre las tragedias o las mordaces caricaturas de los políticos han construido una imagen de México como abanderado la risa.
Desde el "- ¿Qué horas son? -Las que usted diga señor presidente" hasta el "- ¿Qué le dijo México a la influenza? -Mira como tiemblo" (refiriéndose al brote de influenza H1N1 surgido en la capital mexicana en abril de 2009 que provocó una alerta sanitaria internacional, con el que coincidió con un sismo de 5.7 grados ocurrido el 27 de abril de ese año), el humor ha servido de vehículo para atacar y sobrellevar las miserias y dolencias del país.
"Hay una frase muy mexicana, 'de broma en broma, la verdad se asoma'. Los mexicanos hemos encontrado una forma de disfrazar en el humor lo que sentimos íntimamente", sostiene Boris Berenzon, profesor titular de Historia de la UNAM y autor del libro Re-tratos de la Re-vuelta. Los discursos del humor en el México Revolucionario.
El mexicano ante su propia tragedia prefiere reír que llorar, pero hay excepciones.
El mito del país de la sonrisa imborrable se ha adherido a la dermis del imaginario colectivo. La relación tragicómica con la parca es el mejor ejemplo. Novelas tan significativas como El Laberinto de la Soledad, de Octavio Paz, describen ese culto a la muerte como dadora de vida. "Irremediablemente te vas a morir. Alguien te va a dar esa noticia. Pero mientras, le mientas la madre a la muerte", resume el periodista y conductor de televisión y radio Víctor Trujillo, quien es creador de un personaje muy famoso en México, Brozo, el payaso tenebroso.
El humor como arma y escudo sigue estando presente en todas las esferas mexicanas. La propia figura de un payaso "misógino y drogadicto" al frente de un noticiero fue algo pionero. Para Trujillo "el personaje deja fluir una parte de ti que puede jugar de una forma agresiva y cachonda pero que lleva contenido. Es el suero por donde llevas el antibiótico. Entra rico, entra suave y te da la oportunidad de aprender a reírnos juntos".
El fuego de la risa se alimenta dentro del país. Pero ¿qué pasa si el humor escapa de las fronteras mexicanas? ¿Sigue el mito en pié? Samuel Schmidt, autor de Chistes Étnicos y En la mira, el chiste político en México tiene claro que no. "He escuchado exactamente el mismo chiste en México, en Estados Unidos y en Egipto. Que el humor mexicano sea único es un mito". La apertura de miras, además, borra la risa que parecía indeleble.
FUENTE: CNN México