Besar apasionadamente no solo fortalece los lazos románticos, sino que también ofrece sorprendentes beneficios para la salud física y mental. Investigaciones científicas han demostrado que este acto de afecto va más allá de lo simbólico, impactando positivamente en la reducción del estrés, la mejora de los niveles de colesterol y hasta en el mantenimiento de la tonicidad facial.
Un estudio destacado en esta área, dirigido por el profesor Kory Floyd de la Universidad de Arizona, arrojó luz sobre estas ventajas. La investigación, publicada en la revista Western Journal of Communication, encontró que las parejas a las que se les indicó aumentar la frecuencia de sus besos románticos experimentaron una disminución significativa en sus niveles de estrés percibido. Además, los participantes mostraron una mejora en la satisfacción de su relación y una notable reducción de su colesterol sérico total, consolidando al beso como una práctica beneficiosa para la salud cardiovascular.
Adicionalmente, los besos actúan como un gimnasio para el rostro. Un beso apasionado puede involucrar entre 23 y 34 músculos faciales, además de 112 músculos posturales. Este ejercicio facial estimula la circulación sanguínea en la cara, lo que puede fomentar la producción de colágeno y elastina. A largo plazo, esta tonificación muscular podría contribuir a mantener una piel más firme y a atenuar la aparición de líneas de expresión, funcionando como un complemento natural y placentero para el cuidado de la piel.