No solo es importante salir a caminar, o el tiempo que le dediques a hacerlo. Un nuevo estudio se ha centrado en el ritmo de la caminata, y cómo influye en la longevidad
Antonio Machado escribió: “Caminante, no hay camino: se hace camino al andar”. “Y si andas ligero, más longevo serás”, añadiría la Universidad de Leicester (Inglaterra).
En 2016, la moda de salir a correr se reemplazó por las caminas a paso ligero. Para comprobar los beneficios de esta tendencia, la facultad de Medina de la Universidad de Harvard Walking for Health analizó las enfermedades que pueden derivar de una vida sedentaria. Entre ellas, encontraron la diabetes, la depresión, los dolores de espalda o enfermedades cardiovasculares.
La conclusión de este estudio fue que caminar a marcha ligera durante 20 o 30 minutos al día pueden ser suficientes para evitar estas enfermedades. Además, indicaba que se aumentaba la longevidad en tres años y medio si se dedicaba media hora diaria, cinco días a la semana.
Dos años más tarde, la Universidad de Sidney (Australia) recogió los datos de 50.000 andantes mayores de 30 años que vivieron en Gran Bretaña entre los años 1994 y 2008. Los resultados confirmaban los del informe anterior: caminar a ritmo medio o rápido es más beneficioso para la salud y la longevidad que los paseos a ritmo despacio sobre todo para las personas mayores.
CAMINA LIGERO DURANTE UNA HORA
Ahora una nueva investigación, publicada en la revista Communications Biology, muestra que andar a paso ligero puede darnos años de vida. El Centro de Investigación de Diabetes de la Universidad de Leicester (Inglaterra) ha relacionado el ritmo de la caminata con la longitud de los telómeros.
Los telómeros son como el casco cuando montas en bicicleta. Se encuentran al final de los cromosomas y los protege durante la división celular. Cuanto más se dividen las células, más pequeños se van haciendo los telómeros. Si los telómeros desaparecen, el proceso de fragmentación se para y las células mueren y el tejido empieza a envejecer.
Para la recogida de datos, el equipo investigador preguntó sobre el ritmo de sus pasos a más de 405.000 participantes de mediana edad del Biobanco de Reino Unido. La mitad del grupo afirmó que su paso era medio, alrededor del 40% consideraban que iban a un paso ligero y el 6% que caminaban más lento. Los científicos observaron que los que definían que iban a paso medio o ligero tenían los telómeros más largos en comparación con los que aseguraban que su paso era ligero.
Después probaron estos datos con una muestra de casi 86.000 personas que llevan un acelerómetro que les medía la velocidad cuando caminaban. Los resultados fueron similares: Los telómeros eran más largos en personas que andaban con un ritmo más ligero o promedio.
Tomas Yates, uno de los autores de este análisis, asegura que se fijaron en el ritmo que anda una persona porque es uno de los marcadores de salud y de aptitudes cardiorrespiratorias. A pesar de que el envejecimiento suele estar relacionado con la genética, el estudio indica que ir a paso ligero, puede aumentar su esperanza de vida hasta 16 años.
Los científicos se dieron cuenta de que las personas que hacen ejercicio diariamente con un grado de intensidad, sus telómeros eran más largos. Por lo tanto, es mejor andar durante una hora a paso ligero que una hora y media despacio.
Aparte de poder retrasar el envejecimiento y prevenir enfermedades cardiovasculares, andar a paso ligero también sería beneficioso para la salud mental. Cuando algo nos agobia, suelen aparecer pensamientos dañinos durante mucho tiempo, conocidos como pensamientos rumiantes. Hacer ejercicio como andar a paso ligero sería una de las soluciones para prevenirlos. Si no se pueden frenar con tranquilidad estos pensamientos desagradables, lo recomendable siempre es una terapia psicológica.
Fuente: Quo