Fue en 1954 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) recomendó que se instituyera en todos los países el Día Universal del Niño, una fecha exclusivamente consagrada a reafirmar los derechos de los niños y a destinar diversas actividades para lograr el bienestar de los niños del mundo.
También se celebra para generar conciencia sobre la problemática situación que atraviesan muchos niños. Así, algunos son discriminados por su religión y otros son condenados al ostracismo por padecer algún tipo de incapacidad. Por si esto fuera poco, muchos niños son forzados a abandonar su educación y son explotados hasta el agotamiento o ni siquiera tienen acceso a una atención médica básica.
Cada país lo celebra en fecha y forma diferente, pero su significado sigue siendo el mismo en todos. Por ejemplo, en Bolivia se festeja el 12 de abril, en Colombia el último sábado de abril, en Paraguay el 31 de mayo, en Venezuela el tercer domingo de junio, en Uruguay el 9 de agosto y en Argentina el segundo domingo de agosto; esto es sólo por mencionar algunos lugares.
En México, celebramos a nuestros niños el 30 de abril. La gran mayoría recibe regalos y son festejados sobre todo en las escuelas de los niveles de preescolar y primaria. Estas instituciones, en la medida de sus posibilidades, tratan de difundir entre los niños sus derechos y obligaciones; pero también es deber de los Padres reforzarlos.
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