Un estudio de la Universidad de Missouri evaluó el estado emocional de los voluntarios antes y después de realizar una compra importante.
En cada estudio, encontró que los participantes presentaban emociones positivas y fuertes: júbilo, excitación, optimismo, incluso serenidad mental. Algunos de ellos, personaban que la compra futura iba a transformar sus vidas en una forma positiva e importante”, ya sea en mejorar sus relaciones, su autoestima, su placer o su eficiencia. Todo esto sin importar si la compra iba a ser una casa o un tostador, el próximo año o la siguiente semana.
Sin embargo, después de que la compra fue realizada, comenzó un “declive hedonístico”, en el que los sentimientos de felicidad se disipaban.
Conclusión: se tiene la percepción de que obtener posesiones nos dará felicidad, pero en realidad hay un estado de alegría en el proceso de adquirirlas: mientras se ahorra, se hacen planes, se realiza la compra o se espera al día de entrega.
Así que hay que disfrutar de todas las etapas: el proceso, la adquisición y durante la vida del objeto en cuestión. No hay que olvidar el beneficio que nos otorgan a nuestras vidas día a día gracias a que los conseguimos. No hay que olvidar el aprendizaje que obtuvimos en el camino: el sacrificio, el trabajo, el desvelo, la organización.
#PiensaPositivo
Fuente: MamaNatural