Contra lo que se ha creído por décadas, un grupo de científicos cree que la depresión podría no estar ligada solo a causas químicas.
Un estudio británico que cuestiona la efectividad de los antidepresivos químicos ha provocado un encendido debate en la comunidad científica, donde no hay un consenso claro sobre los orígenes de esa enfermedad.
“Nuestro estudio cuestiona la idea que subyace detrás de la utilización de antidepresivos” afirman los psiquiatras Joanna Moncrieff y Mark Horowitz en el sitio The Conversation, tras su estudio publicado en la revista Molecular Psychiatry.
Este estudio critica la hipótesis de la serotonina, una molécula esencial para la transmisión de emociones en el cerebro.
La hipótesis, en vigor en las últimas décadas y que ha servido para una vasta literatura científica, asume que una persona que no produce suficiente serotonina necesita un apoyo químico.
Este nuevo estudio, basado en una compilación de publicaciones previas y por ello más sólido que un trabajo aislado, concluye que ese vínculo entre un déficit de serotonina y la aparición de la depresión no es determinante.
La presentación de la investigación, a cargo de Joanna Moncrieff, una psiquiatra conocida por su escepticismo en torno a las explicaciones biológicas de la depresión, ha generado críticas.
“Globalmente estoy de acuerdo con las conclusiones de los autores, pero no comparto su certeza inquebrantable”, comentó el psiquiatra británico Phil Cowen en Science Media Center.
Ningún profesional de la salud mental se atrevería a afirmar que un problema tan complejo como la depresión surge de un único neurotransmisor, precisa Cowen.
Algunos críticos resaltan que esta nueva compilación de los psiquiatras no mide directamente el nivel de serotonina sino su presencia indirecta.
Moncrieff, que es una crítica acerba de la industria farmacéutica, replicó a su vez que la comunidad psiquiátrica sigue dominada por la teoría de la serotonina.
“Hay psiquiatras eminentes que empiezan a dudar del vínculo entre depresión y déficit de serotonina, pero nadie se ha preocupado de advertir al público”, ironiza esta autora en su blog.
Para el psiquiatra suizo Michel Hofmann, son los autores de este nuevo estudio los que dan un paso de más. De poner en duda el vínculo entre serotonina y depresión pasan a sugerir que los antidepresivos no deben ser utilizados.
“Es un estudio serio, pero no creo que sea un artículo que tenga un impacto a corto plazo sobre la prescripción de antidepresivos”, indicó este experto.
Moncrieff precisa que no aconseja interrumpir brutalmente los antidepresivos.
Hofmann, así como muchos otros psiquiatras, recuerdan que esos medicamentos han demostrado su eficacia a la hora de paliar la depresión, sea cual sea el origen de la enfermedad.
“Los mecanismos de los medicamentos utilizados en el tratamiento de la depresión son generalmente múltiples y en la mayoría de casos no se sabe de forma precisa qué es lo que hace que un tratamiento sea eficaz” explica.
El debate en torno a la serotonina ilustra el misterio en torno a una enfermedad compleja, una de las más importantes por su impacto en sociedades occidentales.
“Seguimos a nivel de hipótesis, continuamos investigando y confrontando los modelos” concluye Hofmann.
Fuente: La lista