Las hormonas de la felicidad son aquellas que nos generan felicidad, alegría y una ideal sensación de bienestar. Pero ¿cuáles son y en realidad para qué son útiles?
La Adrenalina
La primera hormona de la felicidad de la que te hablaremos es la adrenalina, de la cual seguramente has oído hablar más de una vez. Su función en nuestro organismo es vital, ya que es la que se segrega ante una situación de peligro o de tensión. Nos permite reaccionar rápidamente ante una circunstancia inesperada como por ejemplo, un posible accidente de tránsito o un asalto.
La adrenalina al ponerse en acción desencadena diversas respuestas en nuestro cuerpo, todas ellas apuntando a responder a esa situación de peligro. Aumenta la presión arterial y aumenta la respiración, lo que nos aporta más energía en los músculos que se preparan para una posible huida o un esfuerzo mayor (la famosa historia de quien sostiene un armario extremadamente pesado evitando que aplaste a otra persona). También se agudizan el funcionamiento de nuestro cerebro y los sentidos.
La adrenalina también puede ser en respuesta a una situación de tensión como por ejemplo un examen, una presentación ante mucho público o una entrevista laboral. También es segregada en situaciones amorosas: cuando nos sonrojamos o sentimos que el corazón se nos escapará del pecho, es la adrenalina haciendo su trabajo.
La adrenalina puede asociarse también a actividades que impliquen riesgo, vértigo o velocidad y nos produce una sensación de euforia que es sumamente vigorizante. Para poder estimularla puedes practicar deportes como surf, mountain bike, escalada, rafting, patinaje, jugar paintball o cualquier otro deporte de aventura.
La Serotonina
Aunque no tiene tanta prensa como la adrenalina, la serotonina es otra hormona de la felicidad, que se asocia al placer y al humor. Se segrega en nuestro sistema nervioso central y que tienen mucho que ver con el estado de ánimo.
Cuando una persona tiene bajo nivel de serotonina se pueden desencadenar estados depresivos y alteraciones de la personalidad como los comportamientos compulsivos. Esto también puede traer alteraciones del sueño, disminución del deseo sexual o a un aumento del apetito (especialmente por los carbohidratos) lo que puede llevar a un aumento de peso indeseado.
Para mantener estimulada nuestra producción de la hormona de la felicidad de la serotonina debemos seguir estos consejos: disminuir las situaciones de estrés, evitar el exceso de calor, alimentarse bien, reducir el consumo de alcohol y de cafeína, exponernos –cuidadosamente- a la luz del sol.
Otra forma de desarrollar mayores niveles de serotonina es haciendo actividades placenteras, desde el sexo hasta un hobby, deporte o actividad artística… o todo ello.
Las Endorfinas
Ya hemos hablado de esta famosa hormona de la felicidad llamada endorfina, que se asocian a los sentimientos de calma, bienestar, alegría y al estado de enamoramiento. Las endorfinas además tienen un efecto analgésico natural y disminuyen nuestra ansiedad.
Para activar la producción de endorfinas hay mucho que se puede hacer. Como hemos dicho, son las hormonas del enamoramiento, así que desde ver a la persona deseada hasta las relaciones sexuales (incluyendo también simplemente besos y caricias) despertarán la producción de las endorfinas.
También puedes practicar un deporte que te guste, especialmente los que implican ejercicios de resistencia como nadar, andar en bicicleta, patinar, correr o hacer caminatas, siempre y cuando nos resulten agradables. Se ha comprobado que con acupuntura, con aromaterapia y con mayor contacto con la naturaleza también se ven aumentadas las endorfinas.
#PiensaPositivo
Fuente: Naturasan.net
¡Muchas gracias Mariano! Siempre nos aportas muy útil información. ¡Un saludo!