A lo largo de las últimas décadas hemos sido testigos de cómo algunas tradiciones religiosas han empezado a tener un arraigo más que notable en nuestra sociedad.
Este es el caso de la festividad de los Tres Reyes Magos, una denominación que recibieron los sacerdotes que venían del lejano Oriente para rendirle homenaje con pequeñas cantidades de oro, incienso y mirra a ese niño nacido en Belén.
Aunque no fue hasta el Nuevo Testamento, más concretamente en el Evangelio de Mateo cuando se mencionó por primera vez estos “magos”, que desde un principio no eran magos ni reyes. A partir del siglo III, fue cuando se intuyó que estos tres personajes pudieran portar el título de rey debido a los regalos que portaban y la presuntuosidad de sus vestimentas.
La historia narrada en estos escritos evangélicos cuenta que tres magos vinieron del Lejano Oriente, cruzando todo el desierto del Sinaí guiándose por la Estrella Polar hasta que finalmente llegaron a Jerusalén. Fue ahí donde se entrevistaron con el rey Herodes el Grande, al que preguntaron si eran ciertos los rumores que aseguraban que había nacido al que se conocía ya como “Rey de los Judíos”.
Los tres reyes magos: Melchor, Gaspar y Baltasar
¿Y cómo recibieron los nombres por los que se conoce a los Tres Reyes Magos en la actualidad? Seguro que muchos de vosotros os preguntaréis. Habría que remontarse al siglo VI cuando los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar aparecieron por primera vez en el mosaico de San Apollinaire Nuovo en Rávena.
Cada uno de ellos representaba las “tres razas” de la Edad Media. En primer lugar, estaba Melchor que protagonizaba sobre todo a los europeos. A continuación estaba Baltasar que era un fiel retrato de los africanos (de ahí su tez negra). Y por último, estaba Gaspar que era el que se parecía a los asiáticos.
Con el paso del tiempo, este hito religioso empezó a adquirir más relevancia en el heraldo popular. De hecho, el 6 de enero es el día el en que se celebra la que se conoce como “Epifanía del Señor” una efeméride que resulta muy importante dentro del calendario religioso. Y que se celebra en multitud de países a través de desfiles dirigidos sobre todo a los más pequeños.Principales tradiciones de los Reyes Magos: Cabalgata y roscón
De hecho, España es uno de los máximos exponentes en la celebración del día de los Tres Reyes Magos. A partir del siglo XIX, comenzó la tradición de hacer regalos a los niños, imitando a lo que se hacía en los países anglosajones con la festividad de San Nicolás (o Santa Claus).
A partir de entonces, esta celebración se fue magnificando y adquiriendo más relevancia hasta que la noche anterior de Reyes Magos (la del 5 de enero) comenzó a celebrarse una cabalgata que estaba protagonizada por los Tres Reyes Magos, que no paraban de lanzar caramelos y dulces desde sus imponentes carrozas.
La primera de ellas tuvo lugar en el pueblo alicantino de Alcoy allá por el año 1886. Y a partir de entonces, esta tradición empezó a expandirse por el resto de ciudades españolas e incluso en algunos países de habla hispana como México, Argentina o Paraguay.
Tras esta mágica noche, los niños debían dejar un par de dulces en sus zapatos para así obsequiar a los Reyes Magos acompañados además de unos boles con agua y leche para sus camellos. Tras esto, si los pequeños se habían comportado bien, recibían sus ansiados regalos. Pero si habían sido malos, recibían en su lugar carbón negro dulce.
Asimismo, durante la festividad del 6 de enero es muy común degustar un Roscón de Reyes, un dulce hecho con fruta escarchada, levadura, azúcar y huevo relleno de nata o chocolate en el que su interior se le introduce una pequeña sorpresa.
A modo de resumen, podemos decir que esta es toda la tradición que rodea al misticismo y magia de los Tres Reyes Magos, una festividad que seguramente seguirá muy viva a pesar del paso de los años. Y es que es una bonita forma de darle la bienvenida al año nuevo, rodeados de nuestros amigos y seres más queridos.
#PiensaPositivo
Fuente: Naturasan.net
Es muy interesante saber de dónde vienen estas costumbres, Gracias Mariano por explicar esta linda historia