Uno de los resultados llamativos es que en Estados Unidos apenas aumentará la esperanza de vida, y esta seguirá siendo una de las más bajas de los llamados 'países desarrollados', situándose a la par que otros Estados con ingresos medios como México o República Checa.
Según los autores, se trata de un efecto de las enormes desigualdades sociales que existen en este país, en el que no hay un sistema sanitario público, las tasas de mortalidad infantil y materna son más elevadas, así como el número de homicidios y el índice de masa corporal. De hecho, en algunos grupos sociales de EU, la esperanza de vida no sólo se estancará, sino que hasta puede descender en los próximos años.
Tras uno de sus viajes alrededor del mundo, el periodista Dan Buettner acuñó el término 'Zonas azules' (Blue zones) para referirse a cuatro puntos concretos del planeta en los que un buen número de personas superan la barrera de los 100 años y, además, lo hacen con una forma física muy buena y libres de incapacidades.
Estos lugares son Cerdeña, en Italia; Okinawa, en Japón, la península Nicoya, en Costa Rica; y Loma Linda, en California. ¿Las claves para llegar a los 100 años? Buettner pasó casi siete años estudiando los modos de vida y las peculiaridades de cada una de estas zonas y las plasmó en su best seller "Las zonas azules". Y, no hay recetas, pues cada lugar tiene costumbres muy distintas, pero observó algunas características clave: una dieta rica en legumbres y verduras, tener una vida activa, y también prestar atención a la mente: muchas de estas regiones se caracterizan por el respeto hacia los ancianos, que tienen una vida social activa y se sienten útiles para el resto de sus conciudadanos.
Los autores del estudio publicado en The Lancet advierten que sus resultados están hechos en base a predicciones que tienen en cuenta las condiciones actuales de los países estudiados. Obviamente, si desapareciera por ejemplo el sistema sanitario universal en alguno de ellos, muy posiblemente la esperanza de vida se vería reducida, y a la inversa.
Además, el envejecimiento de la población también plantea grandes retos para el futuro: garantizar servicios de atención médica y social que permita a las personas llegar a la senectud con calidad de vida, y prestar atención a los sistemas de pensiones públicos. Los autores sugieren también que sería necesario estudiar el retraso en la edad de jubilación, un debate muy de actualidad en estos momentos en países como el nuestro.
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Fuentes: The Lancet