¿Qué sigue después de tanto dolor?
Quiero agradecerte el cariño y la comprensión que tan cálidamente mes has brindado en estos días.
Teté, mi esposa, mi compañera de vida y la madre de mis hijos ha sido llamada al cielo a cumplir otra misión.
Y sí, estoy triste. Estoy triste porque la extraño y la quisiera aquí junto a mí y eso no es posible.
Pero lo que sí es posible es honrar su recuerdo y la vida de nuestros hijos, y la mejor forma de hacerlo es continuar mi trabajo con la misma entrega y pasión que ella compartió conmigo todos los días que estuvimos juntos.
Por Teté y por ti, estoy aquí de nuevo con el deseo más grande de seguir acompañándote, acompañándonos.
Pensar positivo nos proveerá de la luz que necesitamos para caminar y los recuerdos serán el aliento para sonreír.
Mariano Osorio