Carrito de compra

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Sé muy bien que no necesita elogios, ni oyentes, ni consejos, ni rechazos. Es una persona que se ha colocado más allá del chisme, de la crítica, de las dudas o de la indiferencia. Mariano está simplemente en las dudas o de la indiferencia. Mariano está simplemente en la aceptación de un público que lo oye diariamente y que unifica con su trabajo el ánimo de millares y millares de oyentes.

Simplemente Mariano, así es: Mariano

Pocos logran lo que él en poco tiempo ha logrado: credibilidad, aceptación, simpatía, contacto íntimo con la gente que busca lo que él entrega a lo largo de siete horas diarias en su emisora: Comunicación.

Unos pueden ser excelentes locutores comerciales, magníficos lectores, animadores únicos, personalidades excéntricos o líderes de opinión. Otros llegan a ser estupendos coordinadores de ideas o proyectos de vida, orientadores psicológicos y motivadores plurales para el espíritu de las masas.

Pero él no pretende ser nada de eso, no

Él es simplemente Mariano

Una carrera en radio que se ha desarrollado con sencillez, con ritmo, cordialidad, con vocación de llegar con las palabras al alma de todos, deseo de acompañar a quien no tiene nada y a quien le sobra todo, a quien aspira algo y a quien cree ya no creer en nada.

Llegar a la mujer, al hombre, al adolescente, al anciano, al trabajador, al poderoso y al marginado, al creyente y al incrédulo, al que busca una palabra amiga o un camino como solución. Llegar a quien cree estar en la cumbre o a quien se siente hundido en la sombra.

Llegar a todos es el deseo que hemos notado en Mariano Osorio. Les advierto que no lo conozco personalmente, ni él a mí.

Somos radio él y oyente yo. Que conste.

Más allá de los ratings, de las encuestas, de las pretensiones del triunfo y del orgullo de poder ser el número uno, él sigue en su cabina, con su gente, con sus textos, sus admiradoras y sus seguidores, con su singular sencillez cálida y directa, diciendo, interpretando, leyendo, explorando, descubriendo, es decir… comunicando.

Y sentimos que no nos abandona nunca. Nos subimos a un taxi, ahí está. Entramos a un consultorio, ahí se oye. Llegamos a una casa y ahí anda. En la oficina, en es radio portátil, en los puestos de discos piratas, ahí reaparece, ahí suena, ahí busca a su gente, a los que creen en él.

¡Que bueno que él siga así siempre! porque la radio de hoy, vociferante, politizada, comprada y vendida al mismo tiempo, vulgarizada a veces y presurosamente culta a ratos, esa radio que oímos, escuchamos, soportamos o apagamos, tiene a Mariano Osorio un punto de referencia humano, diferente, original y diariamente renovado

Claro que en la radio de hoy también hay muchos conductores brillantes, persuasivos, enérgicos, intensos y triunfadores. Claro que hay voces femeninas llenas de ternura, elocuencia, personalidad, éxito comercial y liderazgo. Cada una de esas voces hace lo suyo y si lo hace bien,  reconocida esta su fórmula profesional de radio.

Lo que comentamos ahora de Mariano Osorio no es que sea mejor o peor que ese otro o superior o inferior a esta otra. Lo que subrayamos es la acertada forma que encontró para penetrar en la jungla de propuestas de la radio, en la selva atiborrada del cuadrante de los receptores, en el complejo, diferente y cambiante gusto de los oyentes, para poder permanecer ahí, oyéndose y oyéndonos, sintiendo y haciéndonos sentir a todos los oyentes que este día tiene algo que vale la pena y que la palabra y la música siguen siendo las dos alas de la imaginación humana.

En este siglo XXI, en la radio de México, Mariano Osorio es un oasis, una diversión, un camino, una propuesta y una invitación a ser nosotros mismos, cuando menos unos minutos al día.

Porque nada es para siempre porque todo tiene una limitación, por ellos este espíritu joven y esta voz natural, aportan al espacio al cuadrante y al que oye, un destello sonoro que es germen de energías, imágenes, emociones y decisiones valederas.

Que siempre seas, para fortuna del aire, simplemente Mariano. Contigo la radio gana unas horas al día la dignidad perdida.

 

Extraído del libro “Radio sintonías II”

Autor: Ramiro Garza, pilar de la radio mexicana.